Satoshi Kon, un genio escondido

Hace ya siete años que falleció un genio escondido, uno de esos autores que se conocen y veneran en los círculos pequeños pero que son completamente desconocidos para el gran público. No tan desconocidos ni poco aclamados son en cambio algunas películas que le deben mucho a este autor como Origen o Cisne negro.

Satoshi Kon es uno de mis directores de cine preferidos, pero no quisiera limitar su obra tan solo al cine, porque va mucho más allá y quizás la palabra que mejor lo defina sea creador o creativo.

Imaginó y dio forma a obras tan diferentes y completas como Millennium Actress, Paprika, Regreso al mar, Ohayo o Paranoia Agent, y nos lo arrebató un cáncer de páncreas cuando tenía tan solo 46 años, con tantísimas historias aún por contar… Es una de esas muertes que no puedes quitarte de la cabeza por mucho tiempo que pase.

Todas y cada una de sus obras son completamente originales y diferentes entre sí, aunque por supuesto, tienen puntos en común que le dan la marca Satoshi Kon, como sus engaños visuales, los conflictos morales, la infinidad de preguntas sin respuesta, lo onírico que siempre se entremezcla con la realidad… Es un autor que bebe de la ciencia ficción clásica-moderna a la que siempre imprime una humanidad soprendente.

Las influencias de Kon van desde esta ciencia ficción literaria y norteamericana a autores japoneses como Katsuhiro Otomo o Yasutaka Tsutsui pasando por cineastas como David Lynch, Akira Kurosawa o Terry Gilliam

Nacido en 1963 en Kushiro (Hokkaidō), tenía tan solo 21 años cuando publicó su primera historia corta, tras lo que consiguió trabajo como asistente de Katsuhiro Otomo, dando el pistolezado de salida a una carrera de lo más ecléctica.

En España podemos disfrutar de dos de sus mangas, Regreso al mar y Seraphim – 266613336 Wings. El primero es un relato nostálgico y ecológico cercano a las obras costumbristas con toques fantásticos de Jiro Taniguchi, el segundo (que aún no he tenido ocasión de leer) una obra distópica y tristementee inconclusa que realizó a cuatro manos junto a Mamoru Oshii.

Satoshi Kon como director

Aunque ya decía al principio que no deberíamos limitar el genio de Satoshi Kon a su obra como cineasta, es cierto que fue en este medio en el que desarrolló en mayor medida su manera de entender el arte, y también en el que recibió mejores críticas.

Estrenó su primera película en 1997, Perfect blue, un thriller psicológico cargado de engaños y situaciones extremadamente perturbadoras. Fue un arranque muy potente como cineasta, consiguiendo con ella el respeto de buena parte de la crítica. A día de hoy sigue siendo considerada una de sus mejores películas, aunque en lo personal, sea quizás la que menos me gusta… Lo que no quiere decir que no me parezca una genialidad.

Perfect blue nos presenta a una joven cantante y actriz que de pronto se siente observada y acechada en todo momento, lo que la lleva con el tiempo a no poder separar la cada vez más difusa línea entre realidad y fantasía.

Esta película es sobre todo incómoda, pero también confusa y aterradora en más de un punto, y creo que el mayor acierto que tiene es la capacidad de Kon para recrear esa atmósfera tan terriblemente angustiosa.

Unos años después del estreno de Perfect blue, en el 2001 presentó mi película preferida dentro de su filmografía, la maravillosa Millennium Actress. Esta fue una película que tuvo cierta repercusión ya fuera de Japón y recuerdo verla incluso vagar por los videoclubs de la época, gracias seguramente al premio que se llevó en Sitges.

Esta película nos narra la vida de Chiyoko Fujiwara, una famosa actriz japonesa ya anciana, que vive completamente retirada y a la que unos reporteros quieren entrevistar. Gracias a ellos conoceremos toda su vida mientras ahondamos en la propia Historia de Japón, desde la que Chiyoko pasó en primera persona como la Segunda Guerra Mundial y Posguerra, a la que narraban sus películas de la época medieval.

Esta es una película muy especial para mi, siempre se me saltan las lágrimas con ella. Es terriblemente melancólica y hermosa, cuenta una historia muy personal y con la que debes conectar y empatizar por encima de todo (o sino, no le encontrarás la gracia). A mi me parece una auténtica obra maestra, con una animación y banda sonora que realzan  la historia convirtiéndola en puro arte. 

Tokyo Godfathers es la historia más «convencional» de Satoshi Kon, en la que menos se entremezclan los sueños y la menos confusa de todas, pero cuenta con una crítica a la sociedad japonesa actual tremenda.

Estrenada en 2003, narra la historia de tres vagabundos que en la víspera de la Navidad descubren un bebé abandonado entre la basura. La trama se desarrolla como un verdadero cuento de Navidad, con un mensaje muy potente y desgarrador, pero la película está cargada de humor y sentimiento.

Paranoia Agent es un anime de 13 episodios completamente locos y surrealistas que se estrenó en 2004.  Es, por supuesto, una de mis series preferidas.

Este anime nos lleva a los rincones más oscuros de la sociedad japonesa. La premisa inicial tiene que ver con unos ataques que un par de detectives tratan de investigar, y aunque este es un anime con mucho suspense y misterio, se aleja de la típica investigación policial rápidamente para analizar la problemática de estas personas lejanas al rol del japonés medio que una sociedad tan controladora como la suya no admite ni tan siquiera que existan.

Tiene capítulos verdaderamente surrealistas, otros apasionantes, algunos terriblemente perturbadores, los hay tristes y los hay divertidos. Toda la serie parece un experimento controlado en el que cualquier cosa puede ocurrir y el resultado es algo totalmente original.

Y llegamos así a la última película del maestro Satoshi Kon, que fue Paprika (Detective de los sueños), una historia de ciencia ficción basada en la novela del mismo nombre de Yasutaka Tsutsui. Esta novela la tenemos traducida al español y puedo decir que es uno de los pocos casos en los que la adaptación claramente supera a la historia original.

El libro me pareció que tenía ideas brillantes, pero retrataba a unos personajes planos y tenía un tufillo misógino que se me atragantó bastante. Nada que ver con la maravillosa obra de Kon, que describe una historia de ciencia ficción llena de personajes carismáticos.

La trama sigue a Paprika, que cuando arranca la película está en medio de una sesión en la que bucea entre los sueños recurrentes del detective Konakawa Yoshimi. Pronto se ven inmersos en el robo de tres aparatos que permitirían a cualquiera introducirse en los sueños de otras personas, lo que hace que comience una loca investigación para encontrar a los culpables.

Sin duda, Paprika es mi segunda película preferida de Kon, una obra de esas que no te cansas de ver, cargada de ritmo, giros inesperados, situaciones sorprendentes e imaginación desbordante. Una joyita dentro del género de la ciencia ficción.

Y tan solo nos quedaría por hablar ya de Dreaming machine, la película que tristemente dejó inacabada. Madhouse, el estudio que produjo todas sus películas y serie, aseguró que la terminaría pero siguen pasando las años y aún no hay noticias de que esta obra termine viendo la luz.

Después de este viaje por la vida y obra de Satoshi Kon solo me queda por recomendar encarecidamente el visionado, revisionado e incluso estudio de su obra, porque fue un artista y cineasta único, que nunca será suficientemente alabado. Tenía una manera de entender el mundo, de crear un arte crítico y original, siempre generando preguntas en el espectador, que no es fácil de encontrar. Y es triste que un genio de su tamaño siga parcialmente escondido a día de hoy.

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Extras

Y de regalo aquí os dejo una serie de entrevistas con el maestro Kon (subtituladas en inglés) y un par de videos sobre su obra, especialmente recomendado el de Eli de Libros Prestados.

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MAGRAT AJOSTIERNOS