Animierder primavera 2017: el monje, la doncella y la lujuria nipona desbocada (1)

Recuperamos la mítica (y olvidada) sección del blog Sin Orden ni Concierto: Animierder: mangas y anime que huelen mal para trasladarla esta temporada primaveral a Otakus Treintañeras, donde Pau y Sho-Shikibu repasarán una serie que les ha llamado la atención por su increíble potencial para convertirse en un despropósito de dimensiones titánicas: Sôryo to Majiwaru Shikiyoku no Yoru ni… Es muy difícil que haya pasado desapercibida entre los seguidores habituales de la temporada animesca, brilla con luz propia por su audaz y anómalo planteamiento. ¿Una serie josei erótica… de humor? ¿Se ríe de sí misma o se trata de un producto cutre que solo desea ampliar el nicho del público femenino introduciendo sexo? Ah, ¡cuántos interrogantes, amiguitos! Las profundidades de los océanos animierder son insondables; bucear entre sus traicioneras corrientes también conlleva sus riesgos de embolia cerebral… Pero no os preocupéis, con nosotras estáis a salvo. Os ofreceremos todotodotodo convenientemente triturado, masticadito y oxigenado para que no os atragantéis. Para los despistados, os la volvemos a presentar y avisamos: ¡spoilers sin compasión!

Trailer | Josei, maduro | Seven |Capítulos vistos: 3

La trama de este anime, por llamarla de alguna manera, se basa sobre el reencuentro entre  Mio Fukaya, una cabezahueca de veintitantos años, y Kujô-kun, el senpai que fue su primer amor… ahora está calvo y es sacerdote del templo de su familia.  Al descubrirlo ella, en un alarde de retraso mental, entra en pánico, le da vueltas la cabeza y nos deleita con estos tres pensamientos:

1.- «¿Porqué está calvo? »

No bonita, no está calvo, es solo que su frente llega hasta su nuca; así que será que seguramente está haciendo cosplay de One-Puch Man, ¿o quizás es el nuevo fichaje para hacer del calvo de la Lotería? ¿Mr. Proper?  Todo menos pensar que los años pasan para todos y en el caso de los hombres los pelos vienen y van, vienen de la cabeza y se van a la espalda, igual que en las mujeres todo se nos va hacia abajo, es el llamado efecto gravedad. Así que despierta, alelada, ¡qué también hay nipones alopécicos y no todos son por ser budistas… !

2.- «El drama de que un hombre guapo esté soltero».

Todo el mundo sabe que si una persona guapa, atractiva y bella no tiene pareja es toda una tragedia, ríete tú de las obras de Shakespeare. Y es que un guaperas elija la soledad antes que estar-por-estar con alguien es… ¡algo inaudito, por Diox! Nada, nada, los apuestos gallardos deben ir de dos en dos, como los donuts o sino, no haber nacido tan divino, notedigo. Pero… ¿y con los feos qué pasa? si tienen pareja, que indudablemente será poco agraciada, o son singles por decisión propia ¿no es un problema mundial? ah no calla, que no me acordaba que en los hentai los callos no existen. Meh.

3.- «Como es un simple calvo solterón … pues me emborracho.»

Di que sí, si el alcohol ya atonta de normal, imaginaos como le afecta a alguien que si consigue ser más pánfila, nace lechuga. Esta infeliz no solo llora porque cree que su senpai está echado a perder por ser un bonzo sin pichurra; sino que además, se queja de no tener un novio que pase a recogerla borracha, porque… ¿volver a casa por sus propios medios y ser una persona independiente está fuera de toda discusión, verdad?

La sorpresa para ella es descubrir que su querido eunuco no es tan célibe ni tan caballeroso ni tan dulce ni tan romántico como ella soñaba, sino que más bien es un cazador que no dudara en aprovecharse de que ella, al estar más chuza que un guiri en Ibiza, le resulte una presa fácil de atacar… y al grito de guerra «¡Soy bonzo, pero también soy un hombre!» la devora viva deleitando a los espectadores con gemidos y lametazos.

Después de mancillarla, al despertarse con toda la resaca en todo su esplendor, ella está confusa por haber pasado la noche con Sado-calvo-senpai; y en vez de enfadarse, indignarse o cabrearse como un ñu desbocado, lo asume rápidamente con una grandiosa sumisión y a hala… a seguirlo allá donde él la lleve que para algo es el que manda. En el 90% de los smut esta es una típica y trillada característica de las mujeres, ser sumisas y aceptar todo lo que les pase sin pena ni gloria, algo desquiciante para nosotros, los ruidosos de los occidentales. Mi no entender.

¿Qué la hace pasar por su prometida sin habérselo dicho  porque sino no hubiera aceptado? ¿Por qué no? es lo mismo que si le coge el coche y lo tira por el barranco, es qué si te pregunto si me lo dejas me habrías dicho que no. Suuuuuumisa.

¿Qué la vuelve a acosar en casa sus padres tras decirle sensualmente si quiere hacer bebés? ¿En serio? ¿puede haber una palabra que baje la libido más deprisa que decir ‘bebé’ para iniciar el follisqueo? Sí, herpes, pero de eso ya hablaremos otro día. Lo de traca es que ella se lo piensa. Suuuuuuumisa y atontá.

Todo esto nos lleva a preguntarnos a nosotras mismas otras tres preguntas, que dirigen a más incógnitas:

1.- ¿Qué quiere decir Kujô-kun cuando dice «yo también soy un hombre»?

¿Está diciendo que los hombres son imbéciles, ya que son incapaces de razonar y reprimir el deseo cuando ven a una mujer enseñando un poco las bragas?  ¿Esas palabras sugieren que una mujer en una situación vulnerable porque se encuentra, por ejemplo, en estado de embriaguez, merece que un amigo abuse de ella debido a que no puede impedir «ser un hombre»? ¿»Ser un hombre» significa carecer de autocontrol?

2.- ¿Enseñar las bragas y las piernas es «exhibirse» como dice el monje?

¿Por qué el cuerpo de una chica en bragas y borracha implica algún tipo de provocación obscena, y el de un chico en calzoncillos y borracho no tanto? ¿Por qué el organismo femenino soporta un impuesto sexual tan potente y el masculino no? ¿Tienen razón los wahabíes y talibanes en cubrir a las mujeres porque su fisonomía y cabellos son tentadores, arrastrando al hombre a pecar? ¿Es el cuerpo de la mujer diabólico? ¿Por qué el del hombre no genera tanta controversia?

3.- ¿Es ético mantener relaciones sexuales con una persona con la consciencia y percepción alteradas?

¿Es ético aprovecharse de alguien cuando se encuentra en franca desventaja? ¿Merecen las personas borrachas que se abuse de ellas porque, en definitiva, el alcohol es un vicio y ellas se lo han buscado? ¿Emborracharse da derecho a que cualquiera pueda abusar de otro sin poder quejarse? Aunque la persona embriagada no diga ni sí ni no, ¿es honrado meterse en la cama con ella?

Parecía que no, ¿eh? pero ya solo el primer capítulo da para pensar un montón. Si se le quiere sacar punta, da para una tesis doctoral (jojo, ya nos hemos pasado), y no hace falta esforzarse demasiado, solo reflexionar un poquitín. No es que los productores y guionistas de este anime lo hayan hecho a propósito, pero reflejan de forma tan genial los prejuicios y estereotipos de la sociedad japonesa, muchos de los cuales también compartimos en Occidente, que ha sido inevitable mencionar los que nos han parecido más peliagudos. Incluso a través de una serie tan ridícula que no te la puedes tomar en serio se transmiten y continúan normalizando valores que perjudican profundamente. Un producto confeccionado solo para entretener y cascarse una pajilla si se tercia, algo que puede considerarse sin trascendencia e inofensivo, puede no serlo tanto. Sôryo to Majiwaru Shikiyoku no Yoru ni… no es nada del otro mundo en multitud de aspectos. Hay millones de mangas y anime que insisten y asientan estos mismos convencionalismos arcaicos, pero no son el animierder que hemos seleccionado para esta primavera, sorry. Ahora toca este.

Mami les da su bendición ofreciéndoles la cama oficial del fornicio.

Si has llegado hasta aquí y has decidido aventurarte en las densas selvas de este animierder, es necesario que sepas que existen tres versiones distintas de él. Dependiendo del rango de edad, el sexo será más explícito o menos. En realidad la adaptación para todos los públicos es la que muestra la auténtica esencia de la serie. Si le quitas el sexo, ¿qué queda? Pues un anime insípido, lleno de clichés y sin apenas contenido. Y hablando del sexo, abundan los besos de tornillo, magreos varios a la moza (con los cansinos pellizcos en los pezones) y un cunnilingus. Nada especialmente imaginativo, de hecho muy comedido a pesar de sus fuegos de artificio. Resumiendo: un ecchi mediocre,  pero supuestamente dirigido a mujeres (JAJAJAJ), porque todo el mundo sabe que a las hembras nos excita que nos cosifiquen mogollón. Para ser más exactos, además, las versiones no son adaptaciones, sino tipos de censura. La más light ofrece en los momentos más tórridos un lindo pez cubriendo whatever y unos bonitos planos fijos de nuestro monje sudando sensualmente en poses sexy; así como un entretenido álbum de fotos de su infancia y adolescencia. Vamos, que en el segundo episodio solo se ve eso.

Para los mayores de 15 años el pececito es el único obstáculo que se interpone entre la curiosidad y los genitales de los protagonistas, aunque tetas y culos aparecen. Y los mayores de edad pueden disfrutar del espectáculo completo con la tercera versión. Por cierto, complicada de hallar, la que más abunda es la segunda. De modo que, ¿la serie está ofreciendo algo de interés aparte del sexo? Como antes os hemos adelantado, no. Es un smut de toda la vida con lo más insultante y manido del josei como telón de fondo: obsesión malsana por el matrimonio, amor no correspondido del pasado, personaje estelar prototipo (pasiva, sumisa, lerda perdida), partenaire dominante y abusivo, etc. Lo mejorcito de la demografía (y lo que te rondaré, morena). Por ahora. Aunque dudamos que la cosa mejore. Que no se haya realizado mucha animación de este pelaje no debería hacernos más permisivas respecto a su calidad; aunque también es cierto que el ecchi y hentai no suelen caracterizarse por su brillantez. Sin embargo, tampoco sirve de excusa, porque hay buenas obras en esos géneros. Sôryo to Majiwaru Shikiyoku no Yoru ni… podrá ser en cierta manera pionera, pero no es una de ellas. Ni de coña.

Como podéis comprobar, tenemos muchas razones para considerar Sôryo to Majiwaru Shikiyoku no Yoru ni… un animierder vigoroso y saludable, perfecto para exprimirle el jugo y atizarle con un látigo de nueve colas. Estamos seguras de que en las próximas semanas no nos va a defraudar tampoco, el hedor a bosta humeante recién defecada es muy reconocible, permanecerá bajo nuestras narices durante días. Así que no te pierdas, dentro de otros tres episodios, tu cita con el monje libidinoso y la doncella bobita en Otakus Treintañeras. Queremos haceros reír y disfrutar de la serie, pero también pensar.

P.D.: La animación es cacafú, a veces los ambientes parecen sacados de un otome, pero tampoco se podía esperar más.

PAU Y SHO-SHIKIBU